¿Por qué recordar a la Hna. Laura Glynn?

Laura, desde su compromiso como misionera de Maryknoll, siempre abrazó la causa de los derechos humanos. Recorrió varios caminos de amor a la justicia que los vivió con espiritualidad, intensidad y coherencia.

En los primeros años de su caminar por Centroamérica (Nicaragua, Panamá), ella acompañó e impulsó varios procesos sociales, principalmente educativos y de organización popular, que proponían la liberación de los pueblos en nuestra América. 

Su presencia en Ecuador, nos evoca a una persona decisiva en la historia de los derechos humanos en el país.  Ella, desde la Comisión Ecuménica, dedicó más de veinte años de su vida a impulsarlos y   defenderlos.

Su fe y espiritualidad derramaban bondad; su pensamiento y su práctica cotidiana eran vastos y profundos.  Los valores de la solidaridad, del amor al ser humano, de la lucha por la justicia, unidos a su particular sensibilidad ante el dolor de los demás,  era el sustento de sus acciones. Laura, era un ser cálido, cercano y profundo que siempre supo escuchar, acompañar y tender una mano de apoyo. Los años de trabajo socio-organizativo en el Valle del Chota contribuyeron a que esas comunidades recuperaran su dignidad y unidos fortalecieran su lucha por la tierra y el agua.

Sus ojos veían hacia dentro el dolor, el alma, la humanidad.  Laura en todo momento reivindicó la dignidad humana y con firmeza condenó la injusticia, la negación de los derechos humanos.  La fuerza y solidez que caracterizó su trabajo y su vida en defensa de los derechos humanos: alentando, ayudando a los que sufren, compartiendo sus dolores, sus derrotas y esperanzas, dejaron una  profunda huella en las personas que acudieron a la CEDHU. Junto con la Hna. Elsie Monge recorrieron el país promoviendo la creación de una red nacional -el Frente Ecuatoriano de Derechos Humanos, dando origen al movimiento de derechos humanos en  Ecuador.  

Luego de arduas jornadas de solidaridad, acompañamiento y defensa de los derechos humanos,  la alegría que siempre irradió su mirada y su sonrisa, reflejaba el inmenso amor y entrega que tenía para los demás. Su testimonio de vida nos enseñó lo importante de vivir con un compromiso por un mundo mejor.

Ella siempre vive en cada acción que emprendamos con su ejemplo. Que en todo momento nos inspire sus pasos, su entrega y su lucha.

Compartir en:

Continúa leyendo...