A pesar de la sentencia de la Corte Constitucional, las víctimas de Furukawa enfrentan una nueva forma de violencia: la empresa propone compensarlas en plazos insólitos.
El 05 de diciembre de 2024, la Corte Constitucional del Ecuador declaró que, durante más de cinco décadas, la empresa de origen japonés Furukawa Plantaciones C.A. del Ecuador sometió al menos a tres generaciones de familias campesinas, muchas de ellas de origen afrodescendiente, a una práctica análoga a la esclavitud: servidumbre de la gleba.